aboulafia
Contenu - Contenido  
  aboulafia
  Reiki-Do
  => Historia del Reiki
  => Los niveles
  => Ventaja y beneficio
  Cronobiologie
  Kabbale - Cábala
  Fleurs de Bach
  Péndule Hebreu
  Forum
  Attelier - taller idris
  Stages - Cursos
  Contact
  Livre d'or
  Membres inscrit
  Stadistiques
Historia del Reiki

 

La historia del Reiki
 
 
 
       El arte de colocar las manos sobre un cuerpo humano o el de un animal, para reconfortar y aliviar dolores, es un viejo reflejo humano. Al padecer un dolor, colocamos instintivamente las manos sobre la zona afectada. El toque humano emite calor, serenidad y sanación. Cuando un animal lame una herida, actúa bajo los mismos instintos que el ser humano con sus manos.
 
Esa fuerza (energía vital) se conoce en todos los rincones del mundo con nombres distintos según la cultura del lugar. Es el Maná para los Polinesios, Orenda, para los indios iroqueses americanos, en la India se le llama Prana, los hebreos dicen Ruach y en los países islámicos hablan de Baraca. China emplea el vocablo Chi, mientras que en Japón dicen Ki y en Rusia optan por energía bioplasmática.
 
         En el Tíbet se encuentran registros que demuestran la utilización de técnicas de curación con las manos desde hace más de ocho mil años. Ese saber se expandió por Grecia, Egipto, India y otros países, a pesar de quedar dormidas durante los últimos milenios. Se atribuye a Jesús el conocimiento y utilización de esas técnicas, aunque fuera con nombre distinto. Hoy en día, muchos sacerdotes católicos conservan técnicas de imposición de manos. 
 
 
 
 
 
Mikao Usui.  Redescubridor del método
 
El relato de la vida de Mikao Usui, se ha transmitida por tradición oral. Hoy, cada maestro de Reiki enseña la historia que aprendió de sus maestros, con las consiguientes variantes y deformaciones que el tiempo va agregando. No son realmente importantes los detalles exactos de la vida del Doctor Usui o las circunstancias concretas en que reapareció. Su origen tiene un valor simbólico, representa una búsqueda desde el corazón y es lo único relevante, hoy en día más que nunca.
 
El Doctor Usui nació el 15 de agosto de 1862, en el sur de Japón. Aunque no recibió una instrucción formal en medicina alopática, se hizo con el titulo a lo largo de su vida como reconocimiento a su compromiso de sanar a cuantos sufrían. Se ha dicho de él que practicaba el budismo y que era un ferviente cristiano. Esa aparente contradicción pudo surgir para seguir la tendencia política de cada momento o para ilustrar la idea universalista de compartir con todos los necesitados de amor el don que le fue concedido. Según la historia que transmiten algunos maestros, mientras el Doctor Usui impartía clase en Kyoto, fue instado a buscar un método de sanación a través del tacto. Sus jóvenes alumnos habían leído las sagradas escrituras y oído con fascinación las hazañas de Jesús <<Harás cuanto he hecho e incluso cosas mejores>> los estudiantes se preguntaban por qué no todos podían sanar con el tacto y creían que el mensaje legado por los grandes sanadores, era que cada uno podía sanar si buscaba respuestas sinceras. El doctor Usui prometió encontrar esas respuestas, por lo que renuncio a su puesto de profesor e inicio su búsqueda.
 
El doctor Usui busco respuestas durante años en monasterios y bibliotecas de Estados Unidos, China, India y Tíbet. Aprendió Sánscrito y leyó las enseñanzas budistas de los antiguos sutras y textos espirituales.
 
Durante esos años de estudio, Mikao Usui tuvo numerosas revelaciones intelectuales que reforzaron su convicción de continuar y llevar a la práctica cuanto había aprendido para poder sanar. Ansioso por descubrir una formula física, decidió meditar sobre su máxima prioridad y viajo hasta el monasterio sagrado Koriyama, en el norte de Japón.
 
 
Las 21 piedras
 
Al llegar al monte Koriyama, el doctor Usui reunió 21 piedras, las apiló y, cada anochecer arrojaba una al vació. El numero 21 es muy significativo y guarda relación con antiguos tratados sapienzales de algunas religiones o de corte Gnósticos. 21 describe el proceso de la gran obra solar (el 22 siendo la obra en si) el Opus Magna de los alquimistas. Encontramos esa correspondencia en las laminas del Tarot, 21 + 1 sin enumerar y que representa el ciclo de la vida. En las leyes de analogía que sustentan la cronobiología (astrología) como la Cábala, comprendemos porque los ciclos deben cumplirse, llegar a maduración antes de sacar conclusiones.
 
 
 
Durante esos 21 días, Mikao Usui analizo cuanto había aprendido, leído y experimentado. Meditar sobre los símbolos de las escrituras ocupo todo su tiempo sin hallar respuestas. La luz del último día se desvanecía y nada se había producido. De la quietud de la noche surgió una luz que se dirigió hacia él. No se movió y la luz creció y creció hasta herirlo entre los ojos.
El doctor Usui estaba convencido de que iba a morir, cuando vio millones de minúsculas burbujas de colores. Los símbolos y la verdadera esencia de su significado se hallaban en el interior de las burbujas. Inmediatamente Mikao Usui comprendió su significado, dijo: <<Ya recuerdo>> las respuestas a sus plegarias llegaron a su sexto chakra, lugar de la perspicacia y la intuición. El Reiki había sido redescubierto…
 
Para muchos, este relato puede parecer fantasioso, complaciente o romántico. Os invito a experimentar un ayuno completo de más de diez días, los resultados son sorprendentes. Lo he comprobado personalmente y cuando el cuerpo se libera de todas sus toxinas, se abren canales de percepción que todos poseemos, pero que están solapado por malos hábitos de vida que nos impiden ver más allá de nuestra propia ignorancia.
 
         …Concluido el trance que le trajo la visión, Mikao Usui experimento un extraño bienestar, pese a los 21 días de ayuno, no sentía hambre y por lo contrario estaba lleno de energía, fuerza y en total plenitud.
Emprendió el descenso de la montaña a paso ligero para regresar al monasterio Zen donde vivía, ansioso de compartir sus revelaciones. En la caminata tropezó con una piedra, haciéndose bastante daño. Su pie empezó a sangrar y a dolerle mucho. Instintivamente, Mikao Usui impuso sus manos y en un breve lapso de tiempo ceso el dolor y la hemorragia paró.
Tenía en sus manos la clave de la armonización que tanto había buscado.
 
Dicen que de camino al monasterio se detuvo en una posada para comer. Viendo sus atuendos y la barba de 21 días, el posadero supo que había ayunado largo tiempo. El hombre le aconsejo una ligera colación para prevenir algún problema de salud, Mikao Usui desoyendo las sabias palabras del anciano pidió el menú completo sin incidencias para él. Sentado a la sombra de un árbol, el doctor Usui observo la nieta del posadero llorando desconsolada. Le pregunto la razón y viendo que se trataba de un dolor de muelas que la mantenía así desde hacia tres días, le impuso las manos y consiguió aliviarle el dolor al tiempo que bajaba la hinchazón.  
 
 
         Llegando al monasterio Zen después de veinticinco kilómetros de caminata, Mikao Usui recibió la noticia de que su amigo, el anciano abad, estaba postrado en la cama con un doloroso ataque de artritis, del que padecía desde hacia varios años. Fue a verlo y empezó a contarle el resultado de su pesquisa, pero mientras hablaba, el doctor Usui dejo sus manos encima de la zona afectada. Rápidamente desapareció el dolor. Mikao confeso al monje que por fin había encontrado lo que llevaba tanto tiempo buscando. Le contó su larga meditación, la visión que le hirió en la frente y la elección de llamar Reiki a la energía que acababa de aplicar.
 
El abad lo alentó a seguir trabajando en esa vía y tras largas conversaciones, Mikao Usui opto por llevar su descubrimiento a los más necesitados, los mendigos de los barios bajos de Kyoto. Se reinvento una nueva vida bajo la forma de vendedor de verduras para poder sobrevivir.
Su intención era estar cerca de los pobres, mendigos y pedigüeños y otros marginados, excrecencia moribunda e intemporal en cualquier sociedad. Curar y reeducar era su postulado, permitir a esos marginados recibir un nuevo nombre en el templo y reintegrar la sociedad como hombres nuevos. Primero curó a los más jóvenes y los mandos a buscar trabajo en la ciudad para vivir mejor. Con los más viejos hizo lo mismo, intentando orientarlos para que se ganaran la vida sin mendigar. Los resultados fueron prometedores, por lo que Mikao Usui se puso a recorrer las ciudades y aldeas donde pululaban enfermos e indigentes.
 
Durante tres años ayudo toda aquella alma perdida que se encontraba en su peregrinación por todo el Japón. Después regreso a Kyoto donde constato con gran decepción que muchos de los que había ayudado e inducido a cambiar de vida y trabajar honradamente, se dedicaban nuevamente a mendigar en las mismas condiciones de miseria.
Mikao Usui comprendió entonces que sus esfuerzos por ayudar al prójimo no eran suficientes. Se dio cuenta que había curado el cuerpo físico de sus síntomas, pero no había enseñado otros valores ni una ética de vida.
Esas personas no habían aprendido nada respecto a la responsabilidad ni cuanto a gratitud. Comprendió que la cura del espíritu predicada por los monjes era tan importante como la del cuerpo. La importancia del intercambio de energía se hizo patente para él. Las personas necesitaban devolver aquello que habían recibido o la vida para ellos carecería de valor.
 
El doctor Mikao Usui ideo entonces los cinco principios del Reiki.
 
Kronos  
   
Aujourd'hui nous avons 2118 visiteurs merci
Ce site web a été créé gratuitement avec Ma-page.fr. Tu veux aussi ton propre site web ?
S'inscrire gratuitement